Una cinta invisible le
envolvía.
En su rostro marcaba
"Frágil", y su mirada lo decía.
En su alma había muchas
cargas, tantas fallas;
Pero eso sí, su sonrisa no
faltaba.
Su alma decía
"Frágil", pero ella gritaba: "¡Fuerte!"
Aunque sabía que temía más
un golpe, que los improvistos de la suerte.
Ella detestaba su pasado,
Hastiada de aquellas
promesas, aquel abrazo, aquel halago.
Ella no era lo que fue,
Pero temía, (vaya que
temía...) volverlo a ser...
Agotada de aquel beso, la
caricia, el tacto apasionado.
Se arrepentía de corazón
haber abierto, y entregado.
Su mirada decía
"frágil", y nadie lo entendía.
Su alma estaba rota, aunque
hermosa se vestía.
Aún su risa, ahogaba un
grito de perdón,
Por la vergüenza que le
causó aquel muchacho y su adiós.
Aún la cinta que la envolvía
la usó para cubrir su dolor...
¡Temía de nuevo el impacto
contra el suelo!
Porque, aunque gritara
fuerte, su alma no soportaría tal colisión contra sus sueños.
Y ella sufrió sola lo que
tuvo que callarse;
Mientras, con elegancia,
vislumbraba la pista de aterrizaje.
Con la cinta que cubría
sus ojos, hizo un moño en su cabello,
Y se dijo a sí misma, que
frágil sería mientras no venciera al miedo.
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