lunes, 29 de mayo de 2017

Mai soli

Lienzo de estrellas,
¿Brilla esta noche por mí?
¿Hoy, su inmensidad ha de posar aquí?

¿Ha colgado blancas lámparas para que, alzados mis ojos, le vea?
¿Ve desde su infinidad, lo íntimo?
¿Desde su cielo, me observa de entre lo mínimo?

Rodeado estoy del negruzco espesor,
Mientras tu luz me acaricia en derredor.

Tan alto, tan infinito.
Inalcanzables son sus brillos.

Inefable sinfonía,
Como quien dirige la orquesta universal
Trazando mis sueños de guía.

Estrellas de paz.
Sonrisa que esbozo.
Lienzo que enseña, que en la oscuridad...

Nunca se está realmente solo.




domingo, 28 de mayo de 2017

Luciérnaga





Solo en aquella densa oscuridad podría entender aquel lenguaje en luces.

Me llamabas, indecisa.
Como quien no sabe a dónde va, pero no quiere detenerse.

Eras incierta; frágiles destellos en una sonrisa,
Que si bien no era sostenida, era constante.

Eso eras: eras instantes.

Podría perseguirte por horas sin alcanzarte.
Como jugar al escondite con quien quiere ser hallada,
Pero que teme ser atrapada.

Mustia flor sin perfume, que aunque aún hermosa, marchita.
¿Quién apagó tu luz, luciérnaga?
¿Quién te enseñó a ser una con la densidad?

Aun vuelvo a adentrarme en aquel sendero,
Confío en ver tu destello, cual estrella que guía en alta mar
A este náufrago velero.

En vela espero tu luz.
Brilla, amiga mía. Brilla.
Hoy me faltan los instantes, mientras escasea tu dulce guía.




sábado, 20 de mayo de 2017

Donaire



Donaire es tu sello,
La ignorancia el destello.
Ignorar lo que pasa en pleno milenio.


Distraída mirada,
Jugando en las plazas
Con niños que admiran tu danza.

Danza de paz, admirando los dichos.
Ora las aves, ora los chicos;
Y con elegancia brillan tus nichos.

Cual sutil y jovial escultura,
Penden tus prendas
En las delicadas vestiduras.


Como admirador te observo,
Pero a lo lejos, pues estoy contento
Que sin mi...

Vuelves a erigir tu majestad.













miércoles, 17 de mayo de 2017

Pero no ha empezado la guerra.








Las ollas suenan, es estridente, pero no ha empezado la guerra.
La lucha en el corazón de un pueblo polarizado,
Entre los que están hartos, y los que ni se han enterado.

Los de arriba bufan, los verdes ríen, mientras los osados se ahogan.

¡No te oyen! Dijo la niña, a su madre que gritaba.
El joven se despide, pues su causa ya está izada.

En las plazas unos contemplan, otros pasean, otros se besan.

¿La lucha existe? Se pregunta el joven poeta.
Y si existe, ¿cuál esperanza se persigue?

¡Lucha sin causa persiste, pero sin esperanza no avanza!
O eso diría un sabio, si existiera en este tiempo.

Pero, ¿cuál esperanza habrá en la madre que a sus hijos perdió?

La bandera se iza en lo Alto, porque allí debe mirar el pueblo.
La esperanza no es el hombre corruptible, ni su causa, la cual es vana.

Mas bien he de mirar al que Juzga todo por la Palabra.

¡Clama a mí! Grita lo Alto, a la madre que se quedó sin garganta.
¡Busca aquí! Dice al joven agotado por las balas.
¡Héme aquí! Dice el poeta, en busca de la esperanza.







domingo, 14 de mayo de 2017

Por amor a los mozuelos.

Heroína sin capa, 
Estrella con brillo, 
Que vende su reino 
Por comida de kilo. 

Mujer virtuosa que no estima sus bienes, 
Por amor a aquellos a quienes 
Su juventud les pertenece: 
Los dichosos mozuelos. 

Mozos de aquí, mozos de allá. 
Cantan y estudian, crecen y van;
Conocen la vida, y aprenden a amar 
A sombras de tu esfuerzo, dichosa dama. 

Dama explosiva, y dama de paz. 
Aya de las suertes, que conoces la mejor.
Exiges y amas, deseas y callas.
 Pero de tu alma no esperas confort.

Confort de tu niño, aquel que de brazos 
Muy pequeño cargaste, y hoy sobrepasa 
Por creces tu tamaño 
Pero nunca en virtud, amada dama. 

La comida diaria no basta, 
Pues el tiempo pasa, 
No se detiene, y no nos advierte 
De lo poco que resta en esta mañana. 

Te amo entre versos, 
Y siempre recuerdo 
Los fuertes consejos, 
Sabios consuelos, que dejan huella. 

Huella de la gran heroína, 
Que a su reino no volverá, 
Pues lo ha empeñado 
Por amor a los mozuelos.














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