Querella disociación entre tu brillo y las estrellas.
Refulgente resplandor de tu enarbolado impulso natural,
Que doblega el más amplio destello de aquél espectáculo estelar.
Díscola flama que abraza con sencillez las ramas
Y se remonta, con avidez, sobre las copa y las lianas.
Cuyo fuego inicia con la apocada, aunque alocada, intensidad de tu mirada.
Eres recuerdos vivos
De solo saludos, solo mirada,
Unas palabras; llama iniciada.
Cenizas recientes en las breves pisadas
En este bosque, en medio de la hojarasca,
En donde el flamante espectáculo eres tú
Y donde el poeta solamente espera, con ansias, el forestal impacto de todo tu im-pe-tú...
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