Hola,
Penélope.
Debes
de tener mil preguntas. Quizás tanta como yo en estos momentos. Pero deja y me
presento: soy papá.
Sí,
soy yo. Solo que algunos años antes de ti. Tengo 23 años, y aún no he visto tus
ojitos. Pero mamá ora por ti, así que decidí hacerlo yo también. Pero antes,
quiero contarte un par de cositas.
Te
soy sincero: no conozco a ninguna niña con tu
nombre. No sé si te agrade, o si lo odies. Pero yo lo amo. Al leerlo pienso
en el amor sincero que solo existe en épicas griegas y cantares de Gesta. Me
hace soñar con cosas imposibles, como el de tenerte un día en nuestros brazos.
Eres
una epopeya, y un día me tomaré el tiempo de explicarte eso hasta que entiendas
lo que significa.
Mamá
odia su primer nombre, ¿sabías? No
entiendo por qué. Sinceramente, amo todo en ella. Pienso en su nombre, su voz,
su sonrisa, su letra, su manera de sonrojarse, y mi universo entero se detiene.
El asunto es que espero que no seas así de odiar esas cosas en ti que te hacen
especial y única, Penélope.
Te
contaré algo: no sé nada sobre ser padre, ni sé cuántos años más faltan para
conocerte. Pero si hay algo que es cierto es que he soñado contigo desde que
tengo uso de razón. Mamá fue quien me convenció del tema de la adopción y helo
aquí, ahora no dejo de pensarte.
Allá
afuera hay un mundo hostil, querida. Reina la Ley del Talión, y el sálvese
quien pueda. Gobierna una maquinaria atroz que quiere hacer de ti algo que
nunca espero que seas. Debes ser fuerte.
La
verdad es que la peor lucha la tendrás siempre contra ti misma… Ten cuidado de
ti. El corazón es engañoso, y al final solo querrá causarte daño. Solo no lo
escuches.
Daría
mi vida por protegerte, lo sabes ¿no? Pero yo no podré pelear tus luchas. Sin
embargo, me aseguraré de enseñarte a pelear.
Hey,
mírame. No todo es feo, para nada es así. Hay mil cosas hermosas que vivirás y
que pretendo compartir a tu lado. Las personas suelen ser crueles, pero te apañarás
de un par de personitas que te robarán mil sonrisas y te serán más unidos que
un hermano… Solo valóralos.
Podrás
escoger entra la música, letras, ciencia, deporte… Tendrás el abanico abierto a
toda tu disposición. Eso sí, antepón a Dios en tu vida en cada cosa.
Verás,
todo en esta vida se resume en absurdos: afán absurdo, lágrimas absurdas, preguntas
absurdas con respuestas aún más
absurdas. Y de todo lo que hagas, al final te queda solo el cansancio. Te lo
digo con apenas 23 años encima jaja. Pero en sí, hay tres cosas, solo tres
cosas, que hacen que todo este peregrinaje sea increíble: comer y beber,
gozarte con aquellos que te aman, y temer a Dios.
Eso,
querida, lo es todo.
Espero
con mi alma que seas soñadora como tu padre, increíble como tu madre, y única
como solo tú sabrás serlo.
Te
amo tres millones, Penélope.
Hasta
la luna y de regreso,
una
y otra
y otra
vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hey, there!